He estado indagando en la red sobre uno de los hombres que en estos momentos están dirigiendo de forma indirecta si mañana iré a trabajar o mi empleador (el Estado o mi Comunidad Autónoma, da igual) me dice que estoy en la calle como a otros miles de trabajadores públicos laborales que hay en este país.
El individuo en cuestión es Mario Draghi, italiano de 64 años. El próximo 3 de septiembre debería estar a las puertas de su jubilación, pero con un sueldo de las arcas públicas europeas de 378859 euros al año ( J.L. Gómez), creo que no es probable que el señor decida este otoño incorporarse a los viajes del Inserso italiano.
Draghi se licenció en Economía por la Universidad de La Sapienza con 23 años, luego amplió sus estudios en el MIT con Modigliani y Solow y se doctoró en 1976 cuando tenía 29 años. Trabajó en algunas universidades italianas hasta 1991, donde tomó la riendas de las privatizaciones en los últimos gobiernos italianos de finales de siglo.
El actual presidente del BCE, durante diez años en la última década del siglo XX, fue el presidente del comité de privatizaciones italiano. En ese década Italia fue sacudida por graves escándalos de corrupción política y Draghi llegó a la conclusión de que el riesgo era inherente a un sistema en el cual el Estado desempeña un papel relevante como empresario. Sus más de 20 años en la investigación económica, …¡supongo que además de dar clases en la universidad, le daría tiempo a escribir algún artículo, por lo menos! seguro que le ayudaron a razonar tal afirmación con una hipótesis utilitarista de la propensión marginal al hurto de la función pública italiana. De ahí viene su obsesión por que a los funcionarios se les baje el sueldo, así los potencialmente corruptibles no tienen alicientes para hacer carrera pública. Hace ya más de veinte años que Draghi se posicionó a favor de las privatizaciones como una solución permanente a casi todo.
Como eficiente administrador de lo público, Draghi a la vez que daba sus clases de Economía Política y Monetaria, tenía capacidad para hacer otras muchas cosas y durante cinco años fue director ejecutivo del Bco. Mundial. Con la llegada del nuevo siglo, se lanzó a la piscina de la Banca Privada en Goldman Sachs y claro, alejado de la mano tenebrosa de la corruptibilidad de lo intitucionalmente público, mientras Draghi era vicepresidente de Goldman Sachs international, uno de los máximos responsables de la compañía en Europa, la compañía asesoró al primer ministro griego, K. Karamanlis, sobre cómo ocultar la verdadera magnitud del déficit griego, ocultación que probablemente condujo a la crisis financiera en al que Grecia aún está inmersa.
Aún no lleva un año como presidente del BCE pero ya apunta maneras para que los otros siete que le quedan de mandato acabe convirtiendo la institución financiera que aplica nuestra política monetaria en un Novo del Centro de Europa Banco.